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Los más pequeños, bien protegidos

  • Categoría de la entrada:Salud

La gripe es una enfermedad infecciosa que provoca malestar general, fiebre, tos, etc. Y que se contagia fácilmente.

Los niños conforman junto con las embarazadas y personas mayores de 60 años, uno de los grupos más vulnerables ante virus y bacterias que provocan la gripe, los resfriados y otras infecciones que aprovechan el debilitamiento de las defensas para atacar al organismo.

Es fácil contagiarse. Los niños son los principales transmisores del virus de la gripe. Esto se debe a varios factores.

Por un lado, pasan la mayor parte del día en la guardería o en la escuela en contacto con otros niños, lo que aumenta las posibilidades de contagio si uno de ellos está enfermo.

Por otro lado, los niños al no ser conscientes del riesgo de infección, introducen las manos en la boca, juegan con objetos que pueden tener bacterias y virus y tosen o estornudan sin taparse la boca y la nariz, acciones que propician la circulación de los agentes patógenos.

Los abuelos, el ritmo de vida actual, obliga a muchos padres a contar con la ayuda de los abuelos para cuidar de sus hijos.

En muchos casos, son ellos los encargados de llevarlos al colegio, de prepararles la comida, de recogerlos al final de la jornada y pasar la tarde con ellos hasta que vuelvan sus padres del trabajo.

Todas estas horas que abuelos y nietos comparten hacen que aumenten las posibilidades de que los pequeños les transmitan el virus de la gripe.

Y hay que recordar que este colectivo forma parte de los grupos que tienen un mayor riesgo de contraer la enfermedad y sufrir complicaciones derivadas de ésta.

Es esencial que niños y mayores sigan unas pautas de alimentación, higiene y descanso que favorezcan la prevención de esta y otras patologías típicas del invierno:

  • Alimentarse correctamente, introduciendo en la dieta alimentos que refuercen las defensas.
    Dormir un mínimo de 8 horas y llevar un estilo de vida activo.
  • Lavarse la manos con frecuencia.
  • Limpiar a conciencia los objetos cotidianos como juguetes, vasos, cubiertos, pomos de puertas, interruptores, etc.

¿Qué hacer para prevenir el contagio?
Evitar contraer estas infecciones típicas del invierno no siempre es fácil, ya que los virus y bacterias se transmiten con mucha facilidad.

Sin embargo se pueden seguir ciertas pautas para intentar minimizar el riesgo de sufrir enfermedades como la gripe o el resfriado:

  • Come correctamente: la dieta es el pilar fundamental de nuestra salud. Para prevenir enfermedades como la gripe resulta esencial seguir una dieta equilibrada, en la que haya alimentos que refuercen el sistema inmunitario tales como verduras, frutas, legumbres, etc.
  • Bebe mucha agua: El cuerpo debe permanecer correctamente hidratado. Para ello hay que asegurarse de beber agua frecuentemente.
  • Ir bien abrigado: Los cambios de temperatura pueden debilitar nuestro organismo. Por eso es importante tener a mano ropa de abrigo para salir al exterior.
  • Tener buenos hábitos de higiene: El contagio de muchas enfermedades se puede evitar con unas buenas pautas de higiene. Hay que lavarse las manos con frecuencia, utilizar pañuelos de papel y taparse la boca al toser o estornudar.
  • Descansar lo suficiente: Dormir es primordial para que el cuerpo tenga fuerzas para evitar enfermedades. Los menores deben descansar unas diez horas.
  • Hacer ejercicio habitualmente: La actividad física ayuda a reforzar nuestras defensas. Hay que practicar deporte de forma habitual para que el organismo esté sano.