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La enuresis: mojar la cama

  • Categoría de la entrada:Salud

Mojar la cama es algo habitual en niños hasta los cinco años, pero puede convertirse en un molesto problema a medida que pasa el tiempo y no remite. Según la Sociedad Americana de Psiquiatría, es entonces cuando podemos empezar a hablar de enuresis, una afección caracterizada por micciones involuntarias que tienen lugar en una edad en la que cabría esperar el control vesical.

Como el sonambulismo, el bruxismo o los terrores nocturnos, los escapes de orina incontrolados forman parte de las denominadas parasomnias (trastornos de la conducta que tienen lugar durante el sueño, pero que no producen una interrupción importante del descanso ni una alteración del nivel de vigilia diurno), según la Clasificación Internacional de los Trastornos del Sueño, realizada por la American Academy of Sleep Medicine.

Causas de la Enuresis

Según la Societat Catalana d’Urilogia, una persona sufre enuresis cuando moja la cama más de dos noches por semana, o cuatro veces al mes, durante más de tres meses consecutivos.

Estos episodios pueden estar provocados por factores genéticos (si el padre o la madre sufrió enuresis, las posibilidades de que el menor tenga el mismo problema son del 40-45%, mientras que, si la sufrieron los dos, la cifra asciende hasta el 75% aproximadamente), fisiológicos (malformaciones, diabetes u otras enfermedades) o psicológicos (periodos de estrés, problemas escolares, cambios en el hogar, etc.).

¿Qué se puede hacer?

Generalmente, los escapes incontrolados remiten de manera natural a partir de los cinco o seis años. No obstante, cuando no es así, es posible que sea necesario establecer ciertas pautas para afrontar el problema y evitar consecuencias mayores (especialmente las de carácter psicológico, como falta de autoestima o aumento de la inseguridad).

Los urólogos, pediatras y psicólogos recomiendan seguir una serie de consejos para conseguir que la enuresis desaparezca. El primero es no culpabilizar el menor y, sobre todo, no ridiculizarle. Si se le castiga o avergüenza, se le puede traumatizar. Por lo que lo más indicado es quitar hierro al asunto y explicarle que estos episodios remitirán algún día. Asimismo, es muy importante alabar sus logros el día que no moja la cama, así como mostrar una actitud tranquila a la hora de gestionar el problema.

Por otra parte, es esencial no recuperar el uso del pañal. Además de suponer un paso atrás, puede mermar notablemente la autoestima del niño. Y hay que limitarle la ingesta de líquidos unas tres horas antes de ir a la cama, además de proponerle hacer pipí antes de acostarle.

Las noches en que se producen micciones incontroladas hay que implicar al menor en el cambio de sábanas y pijama. Del mismo modo, hay que volver a acostarlo en su cama una vez limpia.

Existen otros recursos, como sistemas de alarma que detectan la humedad y despiertan al menor para que pueda terminar la micción en el baño. Una alternativa a estos productos son los despertadores tradicionales, que pueden programarse cada dos o tres horas para que el niño vaya al baño.

Cuando la enuresis se debe a alteraciones psicológicas, como nervios, ansiedad o temores, hay que descubrir qué es lo que la causa y actuar en consecuencia.

Algunas recomendaciones

Ciertas acciones pueden ayudar a combatir la enuresis nocturna en los niños:

  • Explicar a los hijos en qué consiste la enuresis, sus causas y posibles tratamientos.
  • Tener un calendario para marcar las noches «secas» y premiar al menor cuando no moja la cama.
  • No ridiculizar al niño ni culparle por lo sucedido.
  • Animarle a hacer pipí antes de acostarse.
  • Si moja la cama, hacerle partícipe de la higiene y cambio de sábanas.
  • No ponerle pañal.
  • Evitar su consumo de productos con cafeína, así como de lácteos, chocolate y cítricos.
  • Limitar la ingesta de líquidos un par de horas antes de ir a dormir.
  • Si el problema persiste, buscar ayuda profesional.

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